Ya no hay metáforas en mi vida.
La rutina ha insertado mis dias como a las cuentas de un ábaco,
Se forma una espesura que nubla mis palabras
Y solo puedo mirar,
Mirar y apenas recordar.
No puedo escuchar el viento,
Solo el regido de los motores y el ladrido de los perros.
Y esperar, esperar, esperar.
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