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31 oct 2014

Y el hombre creó a Dios


Y el hombre creó a Dios y con él la justicia, el derecho, las normas, el premio y el castigo. Dio así carta de naturaleza a algo tan antinatural como el derecho a la propiedad y si tenemos en cuenta que somos un animal con la característica de la codicia es como una bomba suicida. Perro no come perro, pero los humanos en aras de ese injusto derecho, nos devoramos entre nosotros y meamos por todas partes para marcar nuestro territorio. 

Curioso animal el hombre. Nos inventamos un derecho tan absurdo que vicia todos los demás. El aire, la luz, el agua, la tierra. ¿Quien se puede erigir en propietario, siquiera de una parte, de algo que es de todos? Y cuando digo de todos, no me refiero a todos los hombres, si no a todos los seres. No hay nada, incluso la vida que no sea prestado; pero, lo disputamos y lo destruimos a nuestro antojo apoyados en ese mal llamado derecho. El estado del planeta y nuestra organización social nos retrata. Todo nació viciado y así nos va. 

Personalmente me escandalizo cuando leo que la mitad de la riqueza mundial está en manos de un uno por ciento de la población. En España veinte fortunas acumulan lo que el treinta por ciento de la población mas pobre, que son varios millones de personas.

Existe una declaración universal de los derechos humanos, pero la mayoría de los derechos: una infancia digna, sanidad, educación, vivienda, están pervertidos por el derecho a la propiedad y por tanto, para la gran mayoría, no son  más que una quimera.

Todo está del revés y es tarea titánica dar la vuelta a esta situación:  pasa por un control de la codicia y un mejor reparto de la riqueza. Posiblemente en el futuro, cuando el planeta esté al borde de la destrucción, y vamos por ese camino, las mayorías reaccionen y se inventen una sociedad basada en el respeto y el bien común; donde la propiedad no sea de nadie y nos demos cuenta que estamos aquí de paso. Si sembramos  esa semilla a nivel individual, crecerá a nivel colectivo; de esta forma puede que sea posible evitar una catástrofe mayor que la actual.

Foto de Paco Guerrero Roldán

10 jul 2014

El alma tiene masa y es gris


A mediados del siglo pasado Abraham Maslow elaboró una teoría según la cual, las personas, antes que nada, habrían de cubrir sus necesidades básicas, entre las que naturalmente está la alimentación; satisfechas éstas iría escalando en una pirámide imaginaria satisfaciendo otras necesidades de “menor importancia”. El siguiente escalón, cubriría la seguridad física, la de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud y de propiedad privada. Satisfechas las anteriores escalaríamos hasta las necesidades de afecto, amistad e intimidad sexual. Más arriba se encontrarían las de auto reconocimiento, confianza, respeto y éxito y por último tras satisfacer todas las anteriores llegaría la escala de la auto realización, que comprendería: la moralidad, creatividad, espontaneidad, falta de prejuicios, aceptación de hechos y resolución de problemas, es decir, la explosión del alma; aunque, como todos sabemos, el alma, como diría Kundera,no es más que la actividad de la materia gris del cerebro.

Comprendo que las ONG estén echando el resto en los bancos de alimentos, no en vano en España según datos de UNICEF más de dos millones trescientos mil niños viven bajo el umbral de la pobreza. Estos días se ha creado una polémica sobre la necesidad de mantener abiertos en verano los comedores de los colegios para satisfacer las necesidades de las familias con menos recursos. No voy ha entrar en la obviedad de lo imprescindible que resulta esta medida, ya que, hay cosas que por que algún desalmado las niegue, no van ha dejar de existir. Esos niños resuelven una emergencia ¡Bien, por que  sean alimentados correctamente! Pero hay otra emergencia que no queda resuelta y es el hambre intelectual. Echo de menos bancos de libros, organizaciones que repartan alimentos para el alma; que como todo el mundo sabe es la parte del cerebro que nos distingue del resto de animales. Tenemos que ser capaces de que cuiden su cuerpo completo, no sólo una parte. Tenemos que darle el pescado y, además enséñales a pescar.

La semana pasada leí en la prensa la siguiente noticia: La UNESCO denuncia que en el mundo hay 58 millones de niños sin escolarizar. Esto supone un banco de 58 millones de personas destinadas a la explotación y al mantenimiento del statu quo. Personas dispuestas a tragar con lo que sea para poder alimentarse y alimentar a sus futuros hijos. Una masa de sumisión perfecta para que la codicia reinante se sienta segura, crezca y se desarrolle. Un caldo de cultivo fértil para que la minoría viva en el más repugnante exceso, acumulando los bienes que deberían repartirse de forma más justa.

Sin educación no hay espíritu crítico y sin éste las formas de explotación se perpetúan. Eso, es algo que el capital sabe a la perfección y utiliza los medios a su alcance para que nada cambie “¿ Que es eso de que el hijo de un muerto de hambre pueda estudiar filosofía para que aprenda a pensar por si mismo? ¿ Quien  desatascará nuestros inodoros, barrerá nuestras calles, limpiará nuestras casas? ¿Que tipo de sistema que se precie permite a los hijos de los desarrapados ir a la universidad? Mantengamos a los padres con lo justo así los hijos perpetuarán su clase” 

En España como en otros muchos países de occidente, el capital encontró en la Iglesia católica su concubina perfecta. Así, se han montado una suerte de educación por castas consentida por gobiernos de ideologías diversas donde han primado otros intereses distintos al interés general. Colegios privados bilingües y de calidad para ricos, Colegios subvencionados, pagados por todos para perpetuar valores de sumisión. Y una red pública de enseñanza que ha sido la desarrapada del sistema. Objetivo, perpetuar la estructura social. La casta, palabra de moda, la reflejó mejor que nadie Miguel Delibes en un pasaje magistral de su maravillosa novela: “Los Santos Inocentes”, cuando el señorito Ivan hace firmar a su lacayo analfabeto: Paco, y a su esposa Régula, para demostrar a un embajador extranjero como se las gastan aquí los terratenientes y el régimen. 

Algún ministro reciente y sociólogo, no por casualidad, no le ha importado inmolar su  imagen para conseguir objetivos tan sibilinos como una educación diversa y de calidad para las clases altas y otra uniforme, sin contenidos y enfocada al trabajo manual y de servicio para quien no se la pueda pagar.

En mi época de estudiante, realicé un trabajo titulado:” Conformismo o rebeldía. La perpetuación de los valores de clase”. Partía de una afirmación de Paul Willis de su extraordinario libro: Aprendiendo a trabajar. Ed. Akal. Madrid 1988. En él, Willis decía: Lo difícil de explicar en cuanto a como los chicos de clase media consiguen trabajos de clase media, es por qué los demás les dejan y lo difícil de explicar respecto a como los chicos de clase obrera consiguen trabajos de clase obrera es por que ellos mismos lo consienten”

Entre los hijos de la clase trabajadora se produce la paradoja, de que quien lucha contra el poder, ayuda a la perpetuación del mismo ¿ Como sucede esto? Existe una contradicción entre lo que viven en sus casas y los valores que le inculcan en la escuela. Ésta, para ellos, simboliza el poder establecido personificado en el maestro, desprecian sus códigos lingüísticos y los valores que estos transmiten por que los que consideran ajenos. Se apoyan en los valores de su grupo de pertenencia llevándolos a la descualificación y a la perpetuación del sistema. 

Pasados los años, las políticas neoliberales han llevado a la pobreza a grandes masas de población dejando en situación de extrema dificultad e igualando cada vez más a las clases muy humildes y las clases medias. LLegados a este punto se da el peor de los escenarios posibles. Jóvenes que se enfrentaron a lo establecido sin formarse. Resultado: una generación entera de jóvenes perdida por la descualificación y la desesperación (generación nini) jóvenes que ni estudian ni trabajan y viven sin ningún horizonte ni expectativa. Por otro lado, otros jóvenes que aceptaron las reglas del juego que le marcaba el sistema y se “rebelaron” estudiando y preparándose, para superar sus orígenes, son ahora una generación de jóvenes perfectamente preparados. Pero se da la circunstacia  de que por no pertenecer a las élites, a los que marcan el paso de las sociedades, se ven expulsados del sistema al que intentaron integrarse y tienen que emigrar o mal vivir con varios trabajos precarios, mal pagados y sin derechos.

La élites necesitan un ejército de parados y descualificados para poder subsistir y mantener los privilegios de esta vida, dejando los de la otra ( el más allá) para las masas de parias que limpian sus inmundicias y les sirven en la más completa sumisión. La salvación está en las nuevas generaciones, en su formación, en su espíritu crítico. En saber canalizar la rebeldía que les remueve contra la injusticia y dejar de ser como pececillos en un estanque dispuestos a morder el anzuelo de imanes, rabinos, curas, hechiceros, brujos, chamanes y salva patrias.




31 may 2014

UTOPÍA


En el cartel del PP en las pasadas elecciones europeas aparecía su candidato ante la frase siguiente:” Lo que está en juego es el futuro”. Ésta, no por expresar una obviedad hay que tomarla como verdad inmutable si tenemos en cuenta que quien la propone es uno de los que han tejido el asqueroso presente que era futuro la última vez que nos vendieron la misma idea. 

La técnica de vender futuro es tan vieja como la humanidad; la utilizó entre otros la iglesia para vender otra vida, en otro lugar más allá. Una vida que nadie conoce, en un más allá que nadie ha visto. Pero esa frase no habría sido eficaz si no hubiera ido acompañada de otra como: “ Bien aventurados los pobres por que de ellos es el reino de los cielos”. Juntas, son el programa perfecto para cualquier organización o partido que quiera quedarse con los bienes terrenales y prepare  a una corte de esclavos a esperar un futuro que, brote verde tras brote verde nunca llegará y, tienen la desfachatez de proclamar que programas de izquierdas, como el de Podemos, son utópicos.

Entiendo la utopía como un modelo con el que comparar la realidad. Una luz a la que seguir, una fuerza de transformación de una realidad que no nos satisface. “Seamos realistas, pidamos lo imposible” se pedía en el mayo del 68. Esta utopía de cambio y mejora sin la que aún estaríamos en la edad de piedra a sido seguida por movimientos sociales a lo largo de la historia y apropiada y vendida por partidos de izquierda cuyos líderes decidieron que su vida era presente, que los bienes terrenales estaban ahí y que el mundo no se puede cambiar en dos días y que además da mucha pereza. Si no puedes vencer a tu enemigo únete a él y el que venga detrás que espabile. Así nos han vendido durante años que, esto es lo que hay y que lo demás es una locura. O sea, que esperemos al reino de los cielos. Por eso el 15 M, el movimiento social más grande que ha habido en España le parecen iguales los mensajes de la derecha y la izquierda y proclaman que no les representan.

No hay nada de malo en no conformarse, al contrario, eso es lo que hace que la humanidad avance. Y eso sólo está en manos de las personas, de los movimientos sociales. Parece que Podemos ha entendido que se puede luchar por una utopía que mejore el terrible presente, espero que no escuchen los cantos de sirena que hicieron zozobrar a anteriores movimientos cuyos líderes están como dijo Serrat en el negociado de sueños dentro de un orden.


1 mar 2014

200 inmigrantes logran entrar en Melilla tras un nuevo salto a la valla


  • Llegan al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, que está casi al triple de su capacidad
  • Los inmigrantes han entrado esta madrugada en un nuevo salto de la valla fronteriza en la zona conocida como Arroyo de Benienzar.

Fuente:  Infolibre. 1/3/2014
                                  
Disculpe el Señor




31 ene 2014

PODER

Si el diablo existiera
Se llamaría poder,
¿Codicia, arrogancia?
Se llamaría...

Poder. El poder existe.
Existe la codicia,
La arrogancia existe.

Si existiera el diablo.
Si Dios existiera.

13 ene 2014

Neoliberalismo: la anti vida.


El despiadado monstruo neoliberal que pasea por las cavernas de los paraísos fiscales y tiene su cuartel general en las cloacas de Wall Street,  que socializa en cacerías  y  habita en el paraíso de los monstruos,  que se baña en piscinas de codicia, ese mamón que después de vaciar la teta se la come, quiere enseñarnos a vivir y nos manda a sus eunucos lameculos, disfrazados de tiburones para hacer apostolado de su vomitiva doctrina . No me imagino la convivencia con semejantes personajillos: ¿de qué se podrá mantener una conversación?, ¿cuales serán sus sentimientos?, ¿conocerán la empatía, la solidaridad, el amor, conocerán la vida?, o estarán sumidos en ese feroz letargo vital que les proporciona su sangre; cuya estructura molecular es la misma que la de los billetes licuados. Decía el maestro Machado que es un necio quien confunde valor y precio. El liberalismo, no vale lo que nos cuesta.


5 ene 2014

No me gusta


No me gusta que un joven se tire un pedo en la mesa y resulte gracioso. No me gusta que a un anciano se le caiga la dentadura o haga ruido con la cuchara y haya que darle de comer aparte. No me gusta ser el que siempre cede el sillón. No me gusta la falta de dialogo. No me gusta quien quiere llevar la razón siempre. No me gustan los que dicen a los demás como deben de vivir. No me gustan los que aparentan. No me gustan las chirimoyas. No me gusta huir del silencio. No me gusta el humo irrespirable. No me gusta esconderme pero tampoco exponerme. No me gustan los que no escuchan. No me gustan los que se quejan constantemente sin hacer nada por cambiar, ni los que quieren ventaja o privilegio. No me gustan quienes se consideran superiores o puros o genuinos, representativos, salvadores. No me gustan los que alardean, se jactan, se ríen de los demás. No me gustan los que no comparten, acumulan, roban, atesoran. No me gustan los que se cuelan, empujan, adelantan por la derecha, pisan, invaden. manchan, contaminan. No me gustan los que violan, obligan. No me gustan los que engañan. No me gustan los que matan. No me gusta la sociedad en que vivo. A menudo, no me gusto ni yo mismo.

15 nov 2013

TAO



No hace la codicia que suceda lo que queremos, ni el temor que suceda lo que recelamos. Francisco de Quevedo