Carta a Charles Darwin


Estos días que la crisis golpea con dureza la vida de los pobres, no puedo dejar de pensar en esa profecía apocalíptica Malthusiana que deriva en lo que algunos llaman: “ selección natural”. Tampoco se van de mi cabeza, aquellos que en un ejercicio de eugenesia se consideran mejor dotados para la vida por que el azar los situó en un lugar privilegiado de la pirámide social o  por que, ignorando el defecto en sí mismos, no consideran su incapacidad emocional de sentir solidaridad. “La crisis pone a cada uno en su sitio”;  eso es lo que piensan. “Si hay bienestar, los pobres se atreverán a procrear y habrá tantos que desbordarán los recursos”. En realidad, para ellos, un pobre es un incapacitado que no sirve para nada y que lleva consigo la posibilidad de sentir la tentación de arrebatarles lo que consideran suyo, como en esa  canción de Serrat cuyo título es : Disculpe el señor  de su maravilloso álbum Utopía.

Estimado Charles, no creo que hagan falta más Beagles para saber que todos somos mamíferos; pero no iguales. Está claro que dentro del grupo de mamíferos comunes está el de los mamones. Este grupo se caracteriza por engancharse a la teta y no dejar ni gota para los demás; de ahí su nombre. En algún lugar de la cadena nos separamos: unos descienden de los chimpancés (entre los que no me encuentro) y otros descendemos del bonobo.  Como sabes, los bonobos “ se distinguen por la tendencia a que sus individuos anden erguidos en ocasiones, por su cultura matriarcal e igualitaria, y por el papel preponderante de la actividad sexual en su sociedad”. Frans de wall, un importante primatólogo, afirma que el bonobo es capaz de manifestar altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia, y sensibilidad. Si embargo los chimpancés son extraordinariamente hostiles y agresivos. 

Las crisis son consideradas una especie de “ selección natural”  y puede que tengan razón: si los mamones no tuvieran gravado en su ADN la característica del egoísmo y la codicia, posiblemente no habría crisis; personalmente, no la puedo considerar natural si no es en ese sentido.  Desde mi punto de vista tampoco entiendo como natural que los bonobos estén en proceso de extinción por ser comidos por sus descendientes humanos.  En vez de matarlos para comerlos  podríamos aprender de ellos determinados comportamientos y seguro que nos iba mejor; como por ejemplo su forma de buscarse la vida y sobre todo, la forma de resolver sus conflictos. Supongo que los publicistas de Beneton han sido de los primeros que lo han comprendido cuando han sacado  a Chavez besándose con Obama.