El frío del silencio


“Papá, ¿tú no tienes frío?, sí ya sé que estuviste en un campo de concentración en Santoña, que en el Ebro dormiste empapado a la intemperie, que cuando eras  pequeño tu padre te mandaba, en invierno, a trabajar al campo en abarcas y, que las dificultades nos hacen fuertes; me los has contado mil veces y siempre te he contestado lo mismo: por favor papá déjate de batallitas. Lo siento, pensó”

— Lo siento. Pueden cerrar.

Mientras cerraban el cajón frigorífico, le preguntaron:

— ¿Lo reconoce?

— Sí, es mi padre.






No hay comentarios: