Carta a Caín

  Ha llegado el calor y con él la apetencia de comer platos frescos. Ensaladas, frutas y verduras son el alimento perfecto estas fechas veraniegas. Yo las como, no sólo por placer si no porque no taponan mis arterias ni embotan mi cabeza y mis sentidos.
   Aunque siempre he creido que uno se puede alimentar sin depredar, no he caído en la consciencia hasta hace dos años que me”convertí “al vegerarianismo. Es lo que hace la educación; cuando yo era pequeño, los cuentos planteaban otros asuntos: cerditos y otros animales, casi siempre domésticos, nos aleccionaban sobre el trabajo y la obediencia y nos mostraban qué características nos harían hombres de provecho. No sabemos, si de provecho propio o del que nos contaba los cuentos. Seguramente ahora, se les podría contar a los niños de hoy  algo diferente. Algo, como que un cachorro de León  fuera expulsado de su familia por jugar con cebras y ser vegetariano. Es una historia que daría mucho juego ya que sabemos como se las gastan las distintas sociedades con los que consideran diferentes.
Soy de la opinión de que la historia habría sido otra de haber triunfado tu ofrenda sobre la de tu hermano Abel. Es posible que ahora no se celebraran actos frente  a un altar de sacrificios. Pero Dios ya dio muestras de sus preferencias en aquella ofrenda que te hizo caer en desgracia. Bien es cierto que te lo tomaste un poco a la tremenda, que todo hay que decirlo; Pero creo que no merecías esa humillación. 
! Qué manía de aplacar o contentar a Dios con el sacrificio de todo tipo de animales! Claro que, no paraba de pedir, por ejemplo a Abram: “Tráeme una becerra de tres años, una tórtola también, un palomino". Nunca le dio por pedir unos  tomates o unas berenjenas.  Se le vio la tendencia desde tu incidente. Y así,  hemos llegado a celebrar ceremonias sangrientas donde él, sacrifica a su propio hijo y nosotros, menos mal que de manera simbólica, seguimos celebrando ante el altar de los sacrificios la misma ceremonia sangrienta con clímax antropofágico.
Por aquí hay quien dice que Dios siempre mostró bastante arbitrariedad: Ha éste le regalo tierras, a este otro le destierro. Ahora no me gusta lo que he hecho y los inundo a todos menos a tí, que, aunque eres un poco borrachín, me caes bien... Ha estos, les abraso con lluvia de fuego por cochinos, pero no me importa que Lot se lo monte con sus hijas... En fin: contar y no acabar. 
Personalmente no tengo nada contra tí pero siempre he tenido una sospecha sobre tu comportamiento. Voy a hacerte una pregunta :  si tu madre sólo tuvo hijos varones... ¿de quien son tus hijos? Bueno, eso ahora no importa. Lo importante no es, si todos somos unos hijos de puta, sino que tus descendientes estamos aquí, dispuestos a plantear que otro mundo es posible. Un lugar, donde vivamos de la madre tierra sin  necesidad de sacrificios a los dioses.