La venda


Su conciencia no podría soportarlo; al menos eso creyó durante un tiempo. Encendió el televisor, subió el volumen y se dejó llevar por las imágenes hasta que se quedó dormida.

Al día siguiente, llegó su marido mientras hacía la cena. Una vez más le dejó meter la mano para probar lo que cocinaba, mientras preguntaba por Marta. Una vez más le dejó encerrarse con la niña en su habitación y una vez más, se fue al salón, encendió el televisor, subió el volumen y se dejó llevar por las imágenes hasta que se quedó dormida.

No hay comentarios: