Carta a Carlos Marx

Estimado amigo. Espero hayas perdonado mi antígua inclinación por Miguel Bakunin; ha pasado mucho tiempo y ahora las cosas son de otra manera. Todos los de nuestro lado, y te sitúo en mi lado a pesar de las divergencias, estamos en horas bajas.  Hoy cualquier codicioso con un ordenador y un teléfono móvil, puede poner patas arriba la economía mundial y mandar varios miles de familias al paro y a la pobreza mientras él se embolsa una enorme cantidad de dinero. Se nos ha derrumbado tu teoría del valor que tantos años  ha sido el norte de economistas, filósofos y políticos. Que triste ¿No crees? Ya no se valora el trabajo.

No te imaginas: ahora, una empresa situada en Estados Unidos, fabrica productos en la India, con horarios y salarios de esclavitud y se forra vendiendo un producto con un valor de costo ridículo por un precio cien veces mayor en lo que ellos llaman el primer mundo. Fliparías; la gente lo compra y lo busca con avidez en los mercados. Y todavía, los gobiernos que albergan a semejantes garrapatas industriales les están agradecidos. No es de extrañar; las élites de estos países que son las que ostentan el poder, se forran casi al mismo nivel de sus compradores y ganan la confianza de sus conciudadanos. Permiten (no les queda más remedio) que unos extranjeros hagan el "trabajo" que les corresponde a ellos. Sí, ya sé que resulta un poco lioso, pero en resumen: lo que da valor ahora a las cosas no es el trabajo; es la codicia de los que están en la cúspide de la pirámide. Parásitos que no se conforman con nada. Ya sabes lo que decía Epicuro: ” Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco”.

En los últimos tiempos se ha puesto muy de moda hablar de valores; pero aún no he visto nada que sea útil para vivir nuestras vidas sin sentirnos utilizados, explotados o engañados y nos sirva para explicar qué podemos hacer aquí para que este lugar sea un sitio donde pasar nuestros días de forma agradable sin hacer la puñeta a nadie y abandonarlo en paz sin que nos la hagan a nosotros. Querido amigo: las clases continúan existiendo y la explotación también. Ésta se ha disfrazado de múltiples formas y maneras y cada vez hay una brecha más profunda entre explotadores y explotados. En realidad tengo que decirte que hay pocas personas como tú. Ahora las cabezas pensantes están asalariadas y nadie se estruja los sesos para mejorar la situación. Estamos en un sálvese quien pueda. Ojalá todo cambie y haya personas que arrojen luz a una situación tan sombría y alumbre a las cada vez más empobrecidas masas de explotados.