1 mar 2014

200 inmigrantes logran entrar en Melilla tras un nuevo salto a la valla


  • Llegan al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, que está casi al triple de su capacidad
  • Los inmigrantes han entrado esta madrugada en un nuevo salto de la valla fronteriza en la zona conocida como Arroyo de Benienzar.

Fuente:  Infolibre. 1/3/2014
                                  
Disculpe el Señor




31 ene 2014

PODER

Si el diablo existiera
Se llamaría poder,
¿Codicia, arrogancia?
Se llamaría...

Poder. El poder existe.
Existe la codicia,
La arrogancia existe.

Si existiera el diablo.
Si Dios existiera.

13 ene 2014

Neoliberalismo: la anti vida.


El despiadado monstruo neoliberal que pasea por las cavernas de los paraísos fiscales y tiene su cuartel general en las cloacas de Wall Street,  que socializa en cacerías  y  habita en el paraíso de los monstruos,  que se baña en piscinas de codicia, ese mamón que después de vaciar la teta se la come, quiere enseñarnos a vivir y nos manda a sus eunucos lameculos, disfrazados de tiburones para hacer apostolado de su vomitiva doctrina . No me imagino la convivencia con semejantes personajillos: ¿de qué se podrá mantener una conversación?, ¿cuales serán sus sentimientos?, ¿conocerán la empatía, la solidaridad, el amor, conocerán la vida?, o estarán sumidos en ese feroz letargo vital que les proporciona su sangre; cuya estructura molecular es la misma que la de los billetes licuados. Decía el maestro Machado que es un necio quien confunde valor y precio. El liberalismo, no vale lo que nos cuesta.


10 ene 2014

Gracias, Almudena Grandes.


Artículos como el siguiente de Almudena Grandes, hacen que no me sienta solo.


Es un proceso largo y misterioso. Cada uno de nosotros se va forjando a sí mismo sin ser muy consciente de cómo, cuándo, por qué lo hace. La identidad se construye primero a tientas, sobre elecciones que se toman por instinto al leer un libro, al ver una película, al enfrentarse a un conflicto. La adolescencia de los humanos es complicada porque es muy difícil ser a la vez una persona completa y otra a medio hacer. Luego, las piezas encajan sin que lleguemos tampoco a ser conscientes del mecanismo que las ha integrado. Aunque, a veces, ocurre. A veces, unas pocas palabras nos llaman por nuestro nombre para afirmarnos en lo que somos.
Jesús María Silva, uno de los abogados de Cristina de Borbón, ha declarado que no descarta renunciar al recurso contra el acto del juez Castro, para darle la oportunidad de que se realice como persona. Conmigo, desde luego, lo ha conseguido. Al escucharle, me sentí plenamente realizada en lo que soy, en mi admiración por latenacidad y la abnegación de un servidor público intachable, en mi convicción de que la igualdad de los españoles ante la ley debe llegar hasta las más altas instancias del Estado, y en el desprecio que me inspira la arrogancia de quienes se consideran por encima de sus semejantes. Que la arrogancia de Silva sea delegada, atribuible a la superioridad de su defendida, agrava la falta de respeto hacia un juez que representa la autoridad del Estado español. Si no hubiera pensado, desde mi adolescencia, que lo peor de España es la gente como él, hasta le agradecería que me haya dado tan estrepitosamente la razón.

5 ene 2014

No me gusta


No me gusta que un joven se tire un pedo en la mesa y resulte gracioso. No me gusta que a un anciano se le caiga la dentadura o haga ruido con la cuchara y haya que darle de comer aparte. No me gusta ser el que siempre cede el sillón. No me gusta la falta de dialogo. No me gusta quien quiere llevar la razón siempre. No me gustan los que dicen a los demás como deben de vivir. No me gustan los que aparentan. No me gustan las chirimoyas. No me gusta huir del silencio. No me gusta el humo irrespirable. No me gusta esconderme pero tampoco exponerme. No me gustan los que no escuchan. No me gustan los que se quejan constantemente sin hacer nada por cambiar, ni los que quieren ventaja o privilegio. No me gustan quienes se consideran superiores o puros o genuinos, representativos, salvadores. No me gustan los que alardean, se jactan, se ríen de los demás. No me gustan los que no comparten, acumulan, roban, atesoran. No me gustan los que se cuelan, empujan, adelantan por la derecha, pisan, invaden. manchan, contaminan. No me gustan los que violan, obligan. No me gustan los que engañan. No me gustan los que matan. No me gusta la sociedad en que vivo. A menudo, no me gusto ni yo mismo.

23 dic 2013

Mi deseo de bienestar para el 2014



Un hombre de negocios pasaba sus vacaciones en un pueblo costero. Una mañana advirtió la presencia de un pescador que regresaba con su destartalada barca. "¿Ha tenido buena pesca?", le preguntó. El pescador, sonriente, le mostró tres piezas: "Sí, ha sido una buena pesca". El hombre de negocios miró al reloj: "Todavía es temprano. Supongo que volverá a salir, ¿no?".

 Extrañado, el pescador le preguntó: "¿Para qué?". "Pues porque así tendría más pescado", respondió el hombre de negocios. "¿Y qué haría con él? ¡No lo necesito! Con estas tres piezas tengo suficiente para alimentar a mi familia", afirmó el pescador. "Mejor entonces, porque así usted podría revenderlo". "¿Para qué?", preguntó el pescador, incrédulo. "Para tener más dinero". "¿Para qué?". "Para cambiar su vieja barca por una nueva, mucho más grande y bonita". "¿Para qué?". "Para poder pescar mayor cantidad de peces".

"¿Para qué?". "Así podría contratar a algunos hombres". "¿Para qué?". "Para que pesquen por usted". "¿Para qué?". "Para ser rico y poderoso". El pescador, sin dejar de sonreír, no acababa de entender la mentalidad de aquel hombre. Sin embargo, volvió a preguntarle:
"¿Para qué querría yo ser rico y poderoso?". "Esta es la mejor parte", asintió el hombre de negocios. "Así podría pasar más tiempo con su familia y descansar cuando quisiera". El pescador lo miró con una ancha sonrisa y le dijo: "Eso es precisamente lo que voy a hacer”.


Fuente: Borja Vilaseca. Diario El País







15 nov 2013

TAO



No hace la codicia que suceda lo que queremos, ni el temor que suceda lo que recelamos. Francisco de Quevedo

8 dic 2012

VOLVER


Vuelvo buscando estrellas para respirar; me ahoga el hedor del enorme lodazal en que estamos chapoteando desde que nos robaron el suelo sobre el que se asentaban nuestras vidas.

29 mar 2012

El flautista de Hamelín

Dejadme que os cuente un cuento. Érase una vez un perro - flauta, que haciendo sonar su bello instrumento, arrojo todas las ratas al río.

Y... colorín colorado, este capitalismo salvaje...

19 mar 2012

La extraordinaria belleza de lo sencillo

Me interesa la vida de los que a pesar de haber nacido en las peores circunstancias son capaces de ser útiles o, ver, valorar,  e incluso,  practicar la belleza en todas sus facetas; de hacer de su vida y de los que los rodean una experiencia agradable. Para los filósofos ociosos era muy fácil filosofar, no lo era tanto para los metecos o los esclavos. Cuando tienes la mesa puesta y otros te limpian la inmundicia que generas, puedes dedicar todo tu tiempo a pensar. Las que a mi me interesan son aquellas personas que, superando la titánica tarea de cubrir sus necesidades básicas y las de su familia, son capaces de educar a sus hijos en la igualdad y la solidaridad, cuidar a sus enfermos, ayudar a morir a sus ancianos con dignidad y sin dolor, dar y amar  por el placer de hacerlo y además, son capaces de ver el vuelo de un pájaro, sentir la caricia del viento o la del sol del invierno. Por eso me atrapa la extraordinaria belleza de lo sencillo. Por eso disfruto leyendo a Miguel Hernández.


28 oct 2011

El tiempo ha borrado la fotografía y la música no nos sirve para mucho ( lo siento, Aute)

Dime Chronos ¿Por que me odias? ¿Por que devoras mis entrañas sin darme oportunidad de sentir la simiente atravesar como un rayo mi columna y vivir el eterno escalofrio que me asemeja a tu origen? Apiádate de mi y envíame un soplo de tu gélido aliento y colocame de nuevo en la rueda ya que no merezco tu castigo.



22 jul 2011

Adelanto de mi nuevo cuento: " Mi amigo Dillinger"



Mi amigo Juan quedó marcado para siempre por el carácter de su padre al que en el barrio llamaban “Negrín”; mote que le iba que ni pintado, por su color cetrino, su baja estatura, y su más que probable afiliación al partido comunista.

— No quiero que andes con el hijo de Negrín — decía mi padre — Si lo haces, acabarás en la cárcel o con un tiro en la espalda.
— No le digas eso al chico Mateo, le estás asustando — respondía mi madre.
— Mas vale que esté asustado, que no preso o muerto.

Negrín efectivamente acabó en la cárcel. Fue despedido de la fabrica por supuesta propaganda ilegal; algo que no se pudo probar. A los pocos días del despido se levantó enérgicamente de la cama he hizo que su mujer y sus dos hijos se vistieran con sus mejores galas . Momentos más tarde, salió con ellos del portal camino de la parada del autobús. Mientras esperaban, vieron llegar el número del que pasaba por la fábrica; paró justo donde ellos se encontraban y entre el grupo que se apeó iba Rosendo el guarda.
— Negrin — dijo — que majos... ¿Es que vais de boda?
— Algo así — le contestó — ante la mirada incrédula de su mujer.

Mas tarde, se subieron a un autobús en el que recorrieron casi toda la ciudad. Ya en la periferia, en una zona residencial con grandes arboles y anchas avenidas,se apearon. Era una calle con residencias de lujo. Anduvieron unas manzanas sin cruzarse con nadie hasta que se pararon ante una de dos plantas y el padre de Juan llamó al timbre. Tras unos momentos apareció en la puerta un hombre de mediana edad que saludo con un :
— Hola Negrín ¿Como por aquí? 
— Venimos a ver al patrón.
— ¿Pasa algo?
— No. Esperaremos aquí.
— De acuerdo; voy a avisar.
A los pocos minutos volvió a abrirse la puerta y apareció el mismo hombre que le dijo:
—Marchaos Negrín el patrón está que bufa. El pié de Negrín bloqueó  la puerta.
— Marchaos o habrá problemas- dijo el hombre.
— O te apartas o te aparto — espetó Negrín- empujando la puerta. El hombre se apartó .
— ¿ Que hace usted aquí Lupi? Dijo D. Indalecio desde el fondo del recibidor.
— Traigo a mi mujer y mis hijos a comer. Usted los ha dejado, sin nada que llevarse a la boca.

En ese momento varios hombres que aparecieron por el jardín se abalanzaron sobre el padre de Juan inmovilizándole ante la mirada aterrada de su familia, que al poco tiempo vio como se lo llevaba la policía, sin  poder hacer nada con sus lamentos y sus súplicas.

Aquel día nos reunimos al salir del colegio y fuimos a poner botes en las vías; cuando llegué a comer a casa más tarde de lo normal, mi madre estaba en la ventana esperando. 
— Pasa que ya está tu padre a la mesa...
— Mama...
— ...Y no se te ocurra rechistar.
— ¿De donde vienes a estas horas?— Dijo mi padre, dejando la cuchara sobre el plato — ¿No sabes a que hora se come en esta casa?¡Siéntate! 

3 may 2011

Y verás la luz (escaleta para corto)

EXTERIOR NOCHE LLUEVE
1_ Se observan un barrio de casas bajas y algunas naves industriales. Llueve y la visibilidad es bastante precaria.
2_ Un joven empapado abre la puerta de una casa. La puerta chirría al abrir y se engancha en el suelo.
3_ El mismo joven en el interior de un “chino” (tienda o supermercado),acompañado de una joven, ambos con aspecto cansado, pagan en caja unos tetrabrik de peleón.
INTERIOR  DE UNA CASA  ABANDONADA NOCHE 
4_ Interior de una casa abandonada. Penumbra. La casa está vacía, sin muebles. Escombros en el suelo de algunas paredes caídas. Se oye el chirriar de una puerta y se ilumina la estancia. Se oye el aletear de unas palomas que vemos posarse en una viga de madera. Aparece en la escena el joven anterior, empapado con un tetrabrik en la mano. Detrás agarrada a su pantalón, como protegiéndose de algo, entra la joven del supermercado empapada también; tras cruzar el umbral, empuja la puerta con el pié. La estancia vuelve a quedar en penumbra. El chico se tumba en el suelo sobre unos cartones. Ella hace lo mismo a su lado. Se abrazan.
5_ Desde el interior, en la penumbra de la estancia, vemos la puerta de entrada a la casa. Entra la luz de fuera por debajo de la puerta y bajo el dintel, por dos grandes rendijas.
EXTERIOR NOCHE
6_Callejón de Moscú. En una pared un cartel  nos muestra la cara de Mijail Gorvachov abajo un rótulo: Перестройка (Perestroika). Un hombre orina pegado a la pared y unos gatos escarban en unos contenedores de basura.  Nuestro joven, entonces adolescente, entra en el callejón y sube por una escalera lateral hasta una puerta, la abre y penetra en una casa. 
INTERIOR CASA  DEL JOVEN
7_Vemos el interior de la casa del joven: una habitación con una cama, un sofá destartalado sobre el que está sentada una anciana (abuela del joven) escuchando una radio. Unas cortinas recogidas a ambos lados separan la estancia de una cocina.
8_El joven aparece en la habitación, se dirige a su abuela la besa y entra en otra habitación.
9_La puerta de la habitación del joven tiene la parte de arriba de cristales opacos. En el interior, una cama con una mesita de noche y libros por todas partes. Amontonados en el suelo y sobre unas estanterías.
10_El joven se tumba vestido sobre la cama. Sus ojos fijos en la parte de cristal de la puerta, nos muestra la luz de la otra habitación.
INTERIOR DE UN AUTOBUS NOCHE
11_La chica viaja dormida. A su lado, una señora de pelo canoso va dormida sobre su hombro. La chica abre los ojos. Tiene cuidado de no despertar a la persona que duerme sobre su hombro, mientras se arropa con una toalla. Bosteza y abre mucho la boca para destaponar sus oídos. Mira hacia atrás.
12_En la parte de atrás los viajeros duermen. Por la ventanilla vemos pasar el paisaje. En el horizonte empieza a amanecer
COMPAÑERA DE VIAJE
13_Mientras se retira de su hombro y se acomoda en su asiento. En rumano con subtítulos en castellano.
– Perdón. ¿Hemos llegado?
 CHICA
En rumano con subtítulos en castellano.
– No. Aún no; pero creo que falta poco. Ambas mujeres se quedan mirando por la ventanilla. El sol asoma ya por el horizonte.
GASOLINERA EXTERIOR  DíA
14_El autobús se acerca a una gasolinera. Para y comienzan a bajarse los pasajeros. Baja la chica y al hacerlo siente una nausea; tiritando de frío se dirige, como el resto de pasajeros, a la cafetería.
INTERIOR CAFETERÍA  DÍA
15_La barra se  llena con los pasajeros y hay trasiego hacia el baño. La chica pide un café, gesticulando para hacerse entender.
GASOLINERA EXTERIOR  DIA
16_El autobús arranca en dirección a Madrid. La señalización nos dice que se encuentran a muy pocos kilómetros.
INTERIOR DEL AUTOBUS DÍA
17_La señora del pelo canoso no para de mirar a todas partes.  Al alejar el plano observamos que el asiento de la chica está vacío.
ESTACIÓN DE AUTOBUSES  DÍA.
18_El autobús estaciona y los pasajeros cogen sus equipajes. La señora mira para todos lados antes de coger una maleta y perderse entre la gente.
CALLE DE MADRID DÍA
 19_Vemos una zapatería. En el escaparate un cartel: “Se necesita dependiente”. Nuestro chico entra. Vemos por el escaparate que habla con una mujer que, bien podría ser la dueña. Él gesticula mucho para hacerse entender. Ella niega con la cabeza. Nuestro chico sale de la tienda y sigue caminando por la acera.
INTERIOR DE MERCADO  DíA.
20_Entre el trasiego de muchas personas  vemos al muchacho hablar y gesticular mientras su interlocutor, un señor entrado en años y en kilos, no para de negar con la cabeza. Tras varias negativas, el chico se marcha.
CAJERO AUTOMATICO NOCHE
21_El chico yace en el interior del cajero sobre unos cartones. Está fumando un cigarrillo mientras mantiene la mirada muy fija.
Plano de la luz del cajero
Plano de los ojos de nuestro chico
INTERIOR DE LA CASA DE SU ABUELA  NOCHE
22_El de niño está sentado en las rodillas de su abuela viendo un cuento. El cuento muestra unos protagonistas que son cegados por una luz. En la viñeta siguiente la incidencia de  la luz sobre el suelo les muestra el lugar donde escarbando encuentran un enorme tesoro.
INTERIOR DE UN BAR EN LAVAPIES DÍA
23_Es temprano y el bar esta en su mayoría ocupado por inmigrantes desayunando y charlando. Nuestro chico está sentado a una mesa, recorriendo el bar con la mirada. De pronto sus ojos se encuentran con los de nuestra chica que le observa desde otra mesa. El se levanta y se dirige a la mesa de ella y directamente la pregunta: 
CHICO
En español con acento ruso
– ¿Tu y yo nos conocemos?
CHICA
En español con acento rumano
No, yo te confundo , con otra persona.
INTERIOR DE UN BAR EN LAVAPIES NOCHE
24_Nuestros chicos están sentados en otra mesa junto a la ventana. El Bar está lleno y se 
mantienen animadas conversaciones.
CALLE DE MADRID DÍA
25_Nuestra pareja camina agarrada por la calle su aspecto es de personas  deterioradas; con problemas.
CAJERO AUTOMATICO NOCHE
26_Ambos, yacen abrazados en el interior del cajero sobre unos cartones. Él está fumando un cigarrillo mientras mantiene la mirada muy fija.
Plano de la luz del cajero
Plano de los ojos de nuestro chico
Plano del cuento que veía con su abuela.
Sonido en off de un estruendo enorme.
INTERIOR  DE UNA CASA ABANDONADA DíA
27_El techo se ha hundido sobre nuestra pareja ambos yacen bajo los escombros. Ella muerta. Él con un hilo de vida. Por el hueco que ha dejado el derrumbamiento entra el sol que le ciega los ojos.
Plano de la luz del cajero
Plano de los ojos de nuestro chico
Plano del cuento que veía con su abuela.
Intenta girarse para ver a su compañera. Con la mano derecha, que es la que le queda libre la aparta  la tierra que tiene en la cara y con ella, algo que coge para ver qué es. Lo alza y al darle la luz del sol brilla: es una moneda. Un ligero vómito de sangre aparece en su boca y sus ojos quedan fijos. El plano se aleja y en el suelo entre los escombros  hay cientos de monedas de plata de Amadeo I y pesetas republicanas.
FIN
.

8 mar 2011

Torquemada

Todos los inquisidores no son Torquemada pero eso no me sirve de consuelo.

17 feb 2011

Gracias Ángel González

Otras veces

Quisiera estar en otra parte,
mejor en otra piel,
y averiguar si desde allí la vida,
por las ventanas de otros ojos,
se ve así de grotesca algunas tardes.

Me gustaría mucho conocer
el efecto abrasivo del tiempo en otras vísceras,
comprobar si el pasado
impregna los tejidos del mismo zumo acre,
si todos los recuerdos en todas las memorias
desprenden este olor
a fruta mustia y jazmín podrido.

Desearía mirarme
con las pupilas duras de aquel que mas me odia
para que así el desprecio
destruya los despojos
de todo lo que nunca enterrará el olvido.


Ángel González . Breves acotaciones para una biografía (1969)

11 feb 2011

1 oct 2010

El primer vuelo

Sonó el silbato y todos los niños del patio de abajo comenzaron a caminar hacia los de arriba como los perros a la llamada del amo. En menos de un minuto los trescientos, se arremolinaron junto a los pabellones como un enjambre en torno al panal. Sonó de nuevo el silbato y el desorden se tornó en filas perfectas como las de un pequeño ejército; volvió a sonar y se hizo un silencio en el que se podían escuchar los pasos de los "superiores" vigilando las filas. En lo alto de la escalera de entrada, con su sotana negra que brillaba de suciedad, vigilaba altivo "el consejero". Era como el policía de Dios dispuesto a disciplinar  a los "hijos del pecado"; realizó un último toque y las filas de pequeños sudorosos y polvorientos comenzaron a caminar hacia las clases. El sol se ponía tras los pabellones cuando la última fila se dirigía hacia "el estudio".

Era casi la hora de la cena y el cansancio mermaba la capacidad para el estudio de Lorenzo (El loro), a pesar de que era un muchacho fuerte para sus diez años. Ese día, como muchos otros, se había pasado todos los recreos castigado en el mismo árbol por romper el silencio de la fila. Era muy alegre y le gustaba hablar con sus compañeros; por eso, se le hizo tan duro estar quieto en un árbol del patio viendo como sus amigos jugaban. Las normas decían, que nadie podía acercarse a un castigado en un árbol, ni hablarle, a riesgo de sufrir un castigo similar. En ese momento del estudio, sentado en el pupitre, con la mirada fija en el libro de matemáticas, se veía a sí mismo bañándose en la poza que formaba el río. "Se encontraba subido en una roca a bastante altura y veía a sus amigos chapoteando que desde abajo le gritaban. No podía oír nada debido a la excitación. Dobló ligeramente sus piernas he impulsándose, saltó.  Sintió que volaba y experimentó un inmenso placer al hundirse en el agua fría. Cada poro de su piel apreciaba la caricia del agua y la ingravidez hacía que se sintiera feliz".

Un ... — ¡Recojan! — hizo que viera de nuevo el libro y sintiera las agujetas en las piernas. Por filas, fueron saliendo en silencio y así siguieron en la calle camino del comedor; éste, era una enorme estancia donde cabían todos, con filas de mesas de "mármol" redondas y una tarima desde donde vigilaba el consejero. Cuando entró el último, entonó un ... — En el nombre del padre... Tras recitar las oraciones, como si de el coro de una tragedia griega se tratara, sonó el silbato y el estruendo que hicieron las sillas parecía que iba a derribar el edificio. Un nuevo pitido y estalló el griterío de las trescientas gargantas igual que espectadores de un circo romano. El ruido era  tan ensordecedor que parecía imposible que se pudieran entender. En ese momento, algunos de los mayores que ocupaban las mesas cercanas a la cocina se levantaron y se dirijieron a ella para ejercer su papel de "sirvientes". Unos, con una jarra de metal en cada mano, fueron llevando agua a cada mesa. Otros, los más privilegiados, servían las perolas, haciendo bueno el dicho popular de: quien reparte, reparte...

Tras la cena volvió a sonar el silbato y el griterío de nuevo se tornó en silencio. Más rezos y más filas silenciosas, esta vez, camino de los dormitorios. Parecía una procesión. Dos larguísimas filas caminaban por las interminables galerías e iban dejando al pasar  a  cada uno en el suyo. Éstos, tenían nombres de santos; el primero, San Jorge, era el de "los bomberos"; así se denominaba a los "meones". Dicen que cuando se orinaba uno de los pequeños, tenía que posar con las sábanas en la cabeza; cierto o no, el olor que bajaba del primer piso donde se encontraba el dormitorio era tremendo y los niños que pernoctaban en ese dormitorio eran tratados como leprosos a pesar de que alguien aseguraba que lo hacían por falta de cariño.

Lorenzo se quedó en el de San José; orinó antes de acostarse, pues le aterrorizaban los enormes y oscuros baños que se situaban en la galería a varios metros del dormitorio, y se metió en la cama. Una vez dentro, comenzó a desvestirse dejando la ropa sobre la mesilla. Esta noche, Lorenzo oía la voz del lector sin atender al relato de la vida de Santo Domingo Sabio y, recordaba cuando llegó nuevo: al ir a desvestirse, los compañeros se comenzaron a reír e inmediatamente el "superior" le ordenó que lo hiciera dentro de la cama. Atónito y avergonzado miró a su alrededor observando que todos hacían lo mismo. En el dormitorio habría unas cincuenta camas dispuestas en tres filas, separadas entre ellas por mesillas; al fondo un banco con betunes y una manta para sacar brillo a los zapatos, en una esquina, a la entrada, se encontraba la celda del "superior" formada por dos sábanas blancas donde, al apagar la luz, se podía vislumbrar su silueta en unas sombras chinescas.

El lector hizo silencio y la luz se apagó; quedó tan sólo la tenue y blanquecina de la celda del superior. Lorenzo se veía, esta vez, en el recreo pegado al árbol; "de pronto un balón llegó rodando hasta sus pies; detrás se lo pedían unos niños mayores que él; paró el balón con el pié derecho y echó a correr con él hacia la portería, regateando cuantos salían a su paso; al llegar a la linea del área pequeña, como una montaña, se encontraba "el consejero"; pasó el balón por debajo de la sotana, dio un quiebro y, chutó marcando por toda la escuadra ¡Goool...! Todos los amigos le felicitaban; se sentía un héroe."

La luz de la celda se había apagado hacía rato y Lorenzo no había podido conciliar el sueño. Se giró en la cama  y el corazón se le encogió cuando vio en la puerta la silueta de una sotana. Se hizo el dormido y con los ojos entreabiertos pudo reconocer por el reflejo de sus gafas en la oscuridad, "al catequista". Acurrucado en su cama, a mitad del dormitorio, reconoció sus andares cuando avanzaba por el pasillo que formaban las camas. De pronto se paró junto a la de su amigo "El Rubio". Vio como le llamaba y como al poco tiempo salían juntos por la galería. Su corazón se le salía del pecho y clavó los dedos en la almohada con rabia. Ya sabía de los paseos nocturnos del catequista y de sus clases de "educación sexual". Imaginó a su amigo caminando sólo con él por las interminables galerías. Lo imaginó saliendo a la calle y bajando a los pabellones de abajo. No quiso seguir imaginando; temblaba. Pensó que tardaban mucho. La  espera se le hizo eterna hasta que vio aparecer, de nuevo, las siluetas en la puerta del dormitorio.

A la mañana siguiente, en la silenciosa fila, camino de la iglesia, "El Rubio" había bajado la mirada al cruzarse con la suya. Le observó en la fila que, tras la misa, les llevaba a clase para el primer estudio y sus ojos no pararon de mirar al suelo. En el estudio su mirada siguió perdida. Intentó colocarse  detrás en la fila que les llevaba al comedor para el desayuno, pero "El Rubio" no le esperó como en otras ocasiones. Lorenzo nunca le preguntó y "El Rubio" nunca comentó el incidente de aquella noche. A Rogelio Martínez "El Rubio", como a otros muchos, le acompañaría esa noche durante toda su vida.

Era víspera de Todos los Santos y como todos los años, recorrerían de paseo, los cuatro kilómetros que los separaban del cementerio del pueblo de al lado. El Loro lo había estado planeando durante semanas. Sería mañana. Estaba invadido por la excitación. Había pedido al Rubio que se fuera con él, pero éste había desestimado su oferta. Reclamó al tutor cada semana parte de sus ahorros con la excusa de donarlos a misiones. Esa noche en la cama, sin escuchar la voz cansina del lector, repasaba los detalles.

El día de Todos los Santos, caminaban en fila de a dos al lado de la carretera. A los dos kilómetros iniciaron camino campo a través por una senda entre pinos, hasta que a lo lejos pudieron verse las agujas de los cipreses que anunciaban el cementerio. Al llegar tuvieron tiempo libre para pasear entre las tumbas, como cada año, llenas de flores. Pasada media hora sonó el silbato y en fila de a dos  siguieron a Don Ramiro como el rebaño al pastor, en su camino de vuelta. Al llegar tuvieron recreo y más tarde cena. —¿Donde está Lorenzo?—preguntó Don Ramiro. —¡No sabemos!— respondieron sus compañeros de mesa.
Sonó el estruendo de las sillas y tras el pitido el ruido se hizo ensordecedor. Nadie hablaba en la mesa de Lorenzo. Callados miraban como Don Ramiro hablaba con El Consejero y todos volvieron la mirada cuando éste dirijió la suya a la mesa.

Apenas iban media docena de personas en el tranvía a esas horas. En los asientos de atrás, Lorenzo, acurrucado, miraba  las personas que iban delante y se imaginaba las historias de sus vidas. Los veía llegando a sus casa y cenando con sus familias o acudiendo a una cita secreta. Quedó hechizado cuando el tráfico se tornó más denso y podía ver por la ventanilla parpadear neones de todos los colores

De pronto se vio fuera sin que nadie se fijara en él. Ante sí, tenía un gran número de calles entre el que podía elegir cual tomar. Eligió una al azar y comenzó a caminar. Miraba todo, como si estuviera en otro mundo y sentía como si sus pies no tocaran el suelo. Sus pulmones, llenos de aire, eran como globos que le hicieran flotar, haciendo que sintiera un gran bienestar. La cartelera de un cine le atrajo como Las Sirenas a Ulises: "Siete novias para siete hermanos"¡Que colorido! Unos metros más adelante era el escaparate de una pastelería el que le hacía detenerse; sin sacar las manos del bolsillo contó las monedas y entró. Tras la dulce cena salió a la calle y sintió mucho frío; no llevaba abrigo y la noche en la ciudad castigaba a los insumisos.

Mientras caminaba saboreando aún los dulces sintió el calor que salía de la boca del metro y entró experimentando una agradable sensación de bienestar. Buscó el lugar mas cálido y se acurrucó en él. El cansancio hizo que cerrara los ojos y "se viera corriendo por las calles sin pisar el suelo. La velocidad cada vez era mayor hasta que comenzó a elevarse y remontar los edificios; estaba volando sobre las luces de la ciudad; subió y volvió  a bajar muchas veces sin un rumbo fijo hasta que de pronto algo le atraía desde el suelo; intentó elevarse pero la atracción era demasiado fuerte y comenzó a descender agitando los brazos desesperadamente"; sintió un choque en su hombro y abrió los ojos sin saber donde estaba. Un policía le daba golpecitos : ¡Vamos despierta chico!

Esa noche durmió en un calabozo en una cama mucho mas blanda que la suya y no olvidaría nunca lo que sintió cuando, a la mañana siguiente, los policías le trajeron porras para desayunar. Le sometieron a un breve interrogatorio sobre su identidad y la de sus familiares mas cercanos y desaparecieron temporalmente. Sin saber el tiempo que había transcurrido entró de nuevo el policía : ¡Sígueme!. Le siguió por un estrecho pasillo y al abrir la puerta de uno de los despachos quedó paralizado al ver al Catequista. Al salir esperaba Don Ramiro al volante de la furgoneta; el catequista montó delante y él atrás . Durante el trayecto"pensó en el rubio y el resto de sus amigos e inmediatamente se vio a sí mismo volando con ellos sobre las luces de la ciudad".


22 ago 2010

El tragaluz

 La noche cubría la solitaria urbanización de la periferia de Madrid. Mario, caminaba por el tejado con la agilidad que dan los dieciséis años y la tranquilidad de saber que no había nadie en la casa. Edurne con sus comentarios, había sido el detonante de que Mario decidiera entrar en ausencia de la familia Robles. Cogería las joyas de la mujer y las convertiría en droga con la que seguir huyendo de sus vidas. –La infeliz cornuda de ese baboso, tiene un cajón lleno de joyas – le dijo mientras machacó el mortífero polvo en el cristal –. Las vi mientras me lavaba su pegajosa porquería ... el muy ... cerdo. Pero con lo que saquemos tendremos para al menos dos meses.

Carlos Robles era socio del padre de Edurne. Ambos se enriquecieron juntos y compartieron vida laboral y mucha vida privada. Tuvo a la niña en su punto de mira desde que con dos años se bañó desnudita en la piscina de su chalet. –Ven que te toque el culito el tío Carlos antes que lo haga algún desaprensivo–decía  mientras la besaba las nalgas con una ternura que escondía su lascivo placer. Cuando sucedieron los hechos Edurne tenía catorce años y su ingenuidad unida a su adicción la hicieron creer que se aprovechaba del socio de su padre, sacándole el dinero a cambio de sus favores.

Mario se deslizaba sigiloso hacia una de las terrazas cuando sintió un chasquido bajo sus pies y se hundió precipitándose en el vacío. Oyó como partía su pierna al estrellarse contra el suelo del garaje. Miró instintivamente hacia arriba y vio como le caían cristales del tragaluz que le acababa de engullir. Alzó las manos para protegerse y los cristales se le clavaron produciéndole cortes que pronto llenaron el suelo de sangre. Yacía en el suelo transido de dolor. El hueso asomaba por debajo de la rodilla. Estaba apunto de perder el conocimiento y la cabeza se le llenó de imágenes entre las que prevalecía la de su madre. Volvió a sentir el mismo escalofrío que el día que arrastraba su alma hacia Pitis, para   repostar veneno. Caminaba por la vereda que discurre junto a las vías, cuando al paso del tren la vio pegada al cristal de la ventanilla. Sus ojos incrédulos clavados en él, le dolían ahora más que la herida. Durante los dieciséis días que estuvo en el garaje balanceándose entre la consciencia y la inconsciencia, pasaron como ráfagas las alegrías que, difusas, recordaba en vida de su padre y el sufrimiento al que, tras su muerte, sometió a su madre y del que no se podía librar como un infectado es incapaz de librarse de la ponzoña que le carcome. En ese momento la infección también afectaba a su cuerpo. El pus devoraba la herida y las alucinaciones le acompañaron hasta la muerte. En su agonía pensó en Edurne y no comprendió por qué le había abandonado. No supo que la habían dado por desaparecida al día siguiente de su último encuentro. Apareció a los cinco días, desnuda y cosida a navajazos en un terraplén en las cercanías del Pardo.

18 jul 2010

La Felicidad

La felicidad es pelar unas judias verdes mientras escucho a Chick Corea

10 jul 2010

Hasta que la muerte nos separe.

– Ven, nos sentaremos a tomar algo y me cuentas. Siéntate aquí a mi lado ¿Quieres una  cerveza? Yo tomaré una; hace un calor sofocante; pero... Cuéntame, ¿te encuentras bien?
– Bueno...ahora un poco mejor; pero he tenido problemas para dormir durante varias noches.
–Pobre, no me extraña, creo que a mí me habría costado mucho superarlo; pero sobre todo lo que me cuesta más es entenderlo; después de tanto tiempo...
Un camarero se acercó a la mesa, y preguntó: – ¿Que van a tomar los señores?
–Dos cervezas. Tráiganos dos cervezas muy frías, hace un calor sofocante. Y Verónica...¿Lo vio?
– No, la grité que se volviera a casa y se ocupara de los niños. Ambos sentían mucho cariño por los dos, eran como sus abuelos. Siempre los estaban dando caprichos. Todavía me cuesta creerlo.
–Pobres, y, ¿que les habéis contado?... Sí póngalas por aquí, gracias. ! Hum, está deliciosa creí que me derretía!
– Nada. Todavía no los hemos dicho nada.
– Y tú,¿como te diste cuenta?
–Escuche los gritos de Carmen; pero al principio me pareció una discusión en la calle; ahora en verano, al estar todo abierto escuchamos gritos  de vez en cuando. Pero no me podía imaginar...
–Y ¿Que pasó?
– Bajé el volumen del televisor y volví a escuchar los gritos que venían de su casa. Salí corriendo y mientras cruzaba la calle vi su puerta  entreabierta, entré llamando a Carmen pero nadie me contestaba.
–  !Joder! 
– Cruce el comedor  mientras la llamaba: !Carmen! Luego el pasillo: ! Carmen, Paco!... Al entrar en su dormitorio, la vi en el suelo sobre un charco de sangre, la habían abierto la cabeza con un hacha.
–Dios mío, ! Que horror! Y tu ¿que hiciste?
–Busqué a Paco por todas partes pero no lo encontré salí a la calle cuando venía Verónica y la grité que se marchara a casa. Volví y llamé al 112 .
–Dios mío ¿ Y Paco?
–Lo encontró la policía ahorcado en el jardín con su propio cinturón.
–¿Cuanto llevaban juntos?
– El año pasado nos invitaron por sus 50 años de casados.
– El la habría pegado más veces, seguro.
– Jamás vi un mal gesto de Paco a Carmen . Era una pareja de abuelos encantadores siempre vi ternura en su relación. Nunca lo podré entender.
– Dios nos libre de algo así. ! Camarero!...